A pesar de su éxito abrumador Stüssy aún no había abierto su propia tienda, algo que cambió en 1991 gracias a James Jebbia, el fundador de Supreme. James y Shawn se conocieron poco después de que James abriera su primera tienda minorista en Manhattan llamada Union NYC. Era una pequeña tienda de ropa de moda que tenía una mezcla experimental, en su mayoría de marcas inglesas, pero Stüssy era una marca con la que James siempre había querido trabajar así que invitó a Shawn a la tienda donde los dos se conocieron y se hicieron amigos. Shawn enseguida tuvo claro que James era un excelente comerciante, entendió a Stüssy y tenía clientes que entendían a Stüssy, así que en 1991 con ambas visiones muy muy en línea entre sí los dos decidieron abrir la primera tienda independiente de ropa Stüssy. Fueron de los primeros en instalarse en el ahora próspero barrio del Soho de Nueva York y la tienda tuvo éxito desde el comienzo superando las expectativas de Shawn, Frank y James; en 1991 las ventas habían alcanzado la asombrosa cifra de 24 millones de dólares pero incluso cuando la empresa llegó a al tamaño más grande que jamás había tenido y con visos de seguir creciendo, no hizo cambiar el concepto y la intención inicial de Shaw, que era un diseñador de corazón y lo que más importaba era crear un cultura detrás de su marca, un colectivo para los que entendieron el mensaje de Stüssy y su visión y estética.

Fue un movimiento brillante que creó toda una cultura de reventa donde la demanda continuó superando la oferta. En 1996 la gran influencia de Stüssy comenzaba a apoderarse de Asia donde la marca encontró un segundo hogar en Japón, país que contribuyó de manera muy importante a su éxito general en los años 90. Sus fieles seguidores allí florecieron mientras el pueblo de Japón continuaba abrazando el estilo occidental streetwear.